No es exagerado decir que las empresas de telecomunicaciones han desempeñado un papel clave en la transformación del mundo desde principios de la década de 2000. El posterior auge de los teléfonos inteligentes y de la tecnología de Internet móvil ha revolucionado el sector de las telecomunicaciones. Casi todos los aspectos de la vida tal como la conocemos, para más de 5.400 millones de usuarios activos de móviles en todo el mundo, dependen de los servicios de las telecos como base de lo que hoy se considera la "normalidad" conectada.
A través de las mismas evoluciones tecnológicas y sociales que han visto crecer a las empresas de telecomunicaciones con enormes y envidiables bases de usuarios, ha surgido un nuevo conjunto de retos, con compresión de precios y estancamiento del mercado en muchas áreas. Por ejemplo:
Algunas empresas de telecomunicaciones han respondido al reto viendo la oportunidad de diversificarse ofreciendo a sus clientes servicios que resuelven otros problemas de la vida real, mucho más allá de hacer llamadas, enviar mensajes y conectarse a Internet. La convergencia de las telecomunicaciones, los servicios financieros y la banca ha creado una gran oportunidad para que las empresas de telecomunicaciones hagan precisamente eso: crear nuevas fuentes de ingresos, satisfacer las necesidades reales de sus clientes y, de paso, fidelizarlos. Las empresas de telecomunicaciones innovadoras han tendido puentes entre los mercados de las telecomunicaciones y los servicios financieros, asegurándose el acceso a partes considerables de sus ingresos mundiales, que ascienden a 6,1 billones de dólares y 2,1 billones de dólares en 2021, respectivamente (y se prevé que estos últimos alcancen los 3,3 billones de dólares en 2026).
Dado que el volumen mundial de transacciones no monetarias experimentará un crecimiento interanual del 17 % en 2022, la demanda de métodos de pago alternativos ha crecido sustancialmente, y parece que seguirá haciéndolo. Los monederos digitales, los códigos QR y las transferencias P2P se han hecho omnipresentes en todo el mundo. África ha desempeñado un papel pionero en esta evolución. Hasta ahora, Asia-Pacífico lidera la tendencia, con casi la mitad del volumen mundial. En otras regiones del mundo están surgiendo pautas similares y, con ellas, una amplia gama de oportunidades que pueden aprovechar quienes tengan la visión de futuro de estar en el lugar adecuado en el momento más oportuno.
Un área en la que las telecos tienen una ventaja significativa sobre otros actores emergentes en el espacio de los servicios financieros digitales es en el gran número de sus bases de clientes. Aunque muchos de los nuevos participantes en el mercado, como los bancos digitales o los neobancos, han realizado avances innegablemente impresionantes, la mayoría sigue enfrentándose a retos notables. Entre ellos, los elevados costes de captación de clientes, con el riesgo adicional de que los nuevos clientes que tanto les ha costado captar se queden inactivos al principio de su ciclo de vida. Además, las nuevas empresas carecen a menudo de los datos necesarios para ofrecer servicios y productos altamente personalizados. Para muchos clientes potenciales, sus marcas son percibidas como "nuevas". Y, aunque esto supone una luz positiva en términos de innovación, también disminuye la confianza a los ojos de muchos que buscan estabilidad y un historial a largo plazo en sus proveedores de servicios financieros.
Las empresas de telecomunicaciones establecidas disfrutan de una ventaja considerable en muchas de estas áreas. La mayoría están profundamente arraigadas, con bases de clientes que se cuentan por millones, acceso a información detallada sobre el comportamiento de los consumidores y una fuerte percepción de marca. En resumen, ya tienen a mano sus mercados potenciales de servicios financieros, conocen sus hábitos y necesidades y se les considera pilares concretos de la industria, fundamentales para la infraestructura de las regiones en las que operan. Las empresas de telecomunicaciones tienen sus canales de comercialización firmemente establecidos y la capacidad de llegar a su público inherentemente incorporada a través de la naturaleza misma de lo que hacen en su esencia.
Otro argumento de peso para que las telecos entren en el espacio de los servicios financieros es la capacidad de abordar la cuestión de la inclusión financiera, especialmente en los países en desarrollo. En muchas regiones, sigue existiendo una brecha significativa entre los niveles relativamente altos de acceso a Internet y a los servicios móviles, y los preocupantemente bajos niveles de acceso a los servicios financieros formales para gran parte de la población mundial. Allí donde la infraestructura y el acceso a la banca formal son limitados o incluso inexistentes, la infraestructura y el alcance de la telefonía móvil suelen estar mucho más desarrollados.
Las empresas de telecomunicaciones pueden hacer frente a la gran disparidad existente entre los índices de bancarización y de penetración de Internet en los distintos países.
Al ofrecer servicios financieros como monederos móviles, cuentas bancarias, tarjetas virtuales y físicas, créditos, seguros y otros, las empresas de telecomunicaciones tienen la oportunidad de mejorar sus vidas e impulsar economías enteras, al tiempo que abren importantes fuentes de ingresos, atraen a nuevos clientes y fidelizan a los ya existentes.